Cada semana escucho canciones en mp3s, en streams o en Myspace que van saliendo; al final de la semana comparto con ustedes la que se me hace la mejor. Generalmente pongo links de las canciones que voy escuchando en mi Twitter, para que las puedan escuchar.
De esta moda de vocalistas de punk que se vuelven cantautores, moda que puede haber comenzado con Paul Westerberg de los Replacements y continuado con su bandmate Tommy Stinson, Jesse Malin de Heart Attack/D Generation y Chuck Ragan de Hot Water Music, Frank Turner es de los pocos que, aunque suene derivativo en su guitarra acústica y arreglos sencillos, se demuestra como uno de los mejores en el terreno de escribir canciones. El bisne a tratar de los cantautores, después de todo.
Frank Turner es ex-vocalista de Million Dead de Londres, agrupación de la cual no estoy muy familiarizado; su disco Love Ire & Song, lanzado el año pasado por Xtra Mile Recordings en Inglaterra pero que apenas recibirá distribución en este continente por Epitaph, me latió con todo y sus baterías suaves, arreglos de violines y mucha guitarra acústica con compresión, por el simple hecho de que Frank sabe como escribir buenas canciones memorables que no te dan hueva, que tienen fuerza aunque se trata de música de café bohemio, con letras que dicen historias de una manera muy coloquial; de manera que hace sonar a Turner como que te está contando cosas entre chela y chela.
"Long Live the Queen" es una de las canciones que más destacan del disco, su tiempo es rápido y la voz en el verso es un poco frenética, dice muchas sílabas mientras nos cuenta de su amiga Lex, quién está en el hospital con mucho dolor; después de tratar de animarla, ella le dice a Frank "You'll get to dance another day, it's just now you'll have to dance, for the two of us" ("Podrás bailar otro día, es solo que ahora tendrás que bailar, por tu y yo"), en el momento en que la canta, la melodía empieza a extender notas y las manda a registros un poco agudos sin llegar a hacer falsetto, pero en verdad cantando las cosas. El siguiente verso regresa a contarnos que Lex le dice que está "muriendo pero no he terminado aún, me muero por un trago y por un cigarro", y proceden a echar desmadre en el sur de Londres; el coro continúa igual pero con unas tres notas ascendentes lleva al coro, donde Turner lamenta su perdida sacando, literalmente, su violín, el único otro instrumento en la rola a parte de la guitarra y la voz. El tempo de la canción sigue rápido así que evita sentimentalismos baratos.
El último verso es más callado en lo que se refiere al acompañamiento de la guitarra y el tempo baja a la mitad, aunque Frank continua cantando con fuerza; después de reflexionar que es lo que su amiga le hubiera gustado que hiciera, reune a sus amigos con los que canta el coro, solo que transforma el que él baile por los dos, a que todos sus amigos siempre bailen por ella de hoy en adelante, así como pidiendo que dejen de estar deprimidos.
La manera en que Turner nos comparte la historia de la muerte de su amiga, no es sentimentalmente barata, trata de ponerlo en sus palabras, lo cuál se me hizo más triste que nada; la verdad no sé que tan cierta es esta canción, si en verdad murió una de sus amigas (ED::Al parecer, es verdad esta canción), pero se me hace una historia triste, y le pone ganas, en su voz está la desesperación pero no quiere estar "damned depressed", quiere dar una buena canción para la reina de la fiesta. Se me hace una historia triste porque me da coraje que muera al final, porque me hace simpatizar con ella de estar hasta la madre de sus parientes lejanos, de los doctores y del hospital; es deprimente, pero no se dejó, quiso hacer lo que quiso antes de irse.
Una canción que cuenta una buena historia (triste) que se puede cantar en una melodía original, con energía y solo un poco de puntos de referencia y melancolía que se puede escuchar una y otra vez. Que viva por muchos el arte de la narratividad y sus musas.
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Escuchen "Long Live the Queen" en el Myspace de Frank Turner
Escuchen "Long Live the Queen" en la página de FT en Epitaph
Página Oficial
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Esta semana tengo que poner una mención honorífica, ya que escuché otra canción que se merece atención, en mi opinión.
La semana pasada se subió un tributo de 8-bits a Weezer, lanzado por la disquera Pterodactyl Squad; los covers van de contribuciones obvias como "Buddy Holly" y "Island in the Sun" a rolas más raras como "You Gave Your Love to Me Softly" y "You Won't with Me Tonight", y de versiones que suenan a ringtones a cosas más ambiciosas.
La versión de Bit Shifter de "The World Has Gone and Left Me Here" se me hizo lo más rescatable del tributo, utilizando los sonidos sintéticos a su favor, usando las mismas notas que la original pero sonando diferente, y cambiando el feel de la batería (o drum machine) a ser más rápida, y darle otro paso. La canción logra oirse original pero sin perder la esencia de la rola que coverean, eso más la referencia a otra canción de un grupo que influencío a Rivers Cuomo y demás, conectando ambas rolas al ser inspiración una de la otra. Esto, a mi punto de vista y gusto, hace un muy buen cover.
Bit Shifter - The World Has Gone and Left Me Here.mp3
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Pterodactyl Squad Records
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Sunday, July 26, 2009
Thursday, July 23, 2009
RESEÑA: The Pains Of Being Pure At Heart - The Pains Of Being Pure At Heart
OOOo
A primera escuchada, The Pains Of Being Pure At Heart se oyen como otro grupo más de shoegazer que compraron la discografía entera de 4AD (sin mencionar los EPs de My Bloody Valentine) que intentan lograr los excesos sónicos de sus predecesores detras de sus melodías susurradas; sin embargo, el énfasis que le pone la banda a su música es a...bueno, a su música en sí, en concreto a sus rolas.
Con ritmos animados y voces tranquilas pero agudas cantando cosas muy melódicas, se puede notar un aire a Belle & Sebastian o Los Campesinos! inclusive (lo bueno es que no los comparó con el colectivo galés del signo de admiración solo porque se parecen los nombres y porque han tocado juntos, como Pitchfork con Hello Seahorse!), pero a la vez con las guitarras afectadas bastante como banda de Creation Records de principios de los 90's. Lo cuál está muy bien y todo pero no del todo.
Al comenzar el disco con "Contender", y ejemplificado en otras rolas como "Young Adult Friction", nos demuestran que pueden escribir canciones buenas, con coros cantables que no se desgastan a primeras de cambio, pero la mayoría de las canciones no corren con la misma suerte, teniendo coros a medias y melodías casi compuestas; hay veces, como en "The Tenure Itch", que sus melodías y arreglos suenan tan derivativos de otras bandas pasadas y, por el final del disco, derivativos de sus primeras canciones del mismo disco que hasta pienso que se quedaron sin ideas a la mitad de las rolas y ya se apuraron para completar el disco.
Sin embargo el sonido del disco -animoso, contento, ruidoso por muy poquito, a paso rapidón- se oye chido para pasear contento por la calle o por los jardines de la vecina solterona que odia que pisen su prado, pensando en perritos (pero no el de Taco Bell, para eso es Funeral o My Dying Bride), jellybeans y lo padre que la pases con tu ser querido y como es hermoso y solo un poco atemorizante que el sol es una masa inmensa de fuego que nos alumbra y hace que veamos los colores de las cosas; todo eso que te hace dar vueltas o salir brincoteando a la tienda. Nada más que para la próxima no se les olviden las rolas, ¿Ok?
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Slumberland Records
Página Oficial
Myspace
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Monday, July 20, 2009
Calvinismo Con K
Oh Calvin, ¿Quién te viera entre tus discípulos?
¿Quién pudiera tocarte y llevar tu palabra ante todos los demás mortales?
¿Quién podría bajarte de tu pedestal?
Oh Calvin, tu culto te encierra
O esto es algo que los críticos de los 90’s quisieran que pasara; como una versión nueva de “Alex Chilton” de los Replacements, pero esta vez los chicos por millones se rinden a los pies del que presume la barriga y nunca viajaré lejos sin un escudo alrededor de una “K”.
He leído un poco sobre Beat Happening, K Records y, obviamente, Calvin Johnson; sobre su manera de hablar como de los 50’s, sobre sus fiestas de hornear pays y sobre sus tocadas austeras, sobre su papel en la escuela Evergreen y sobre su inspiración a otros músicos. También he leído mucho de lo grande que es su culto, de cómo había gente que le seguía su juego y se vestía, expresaba y hablaba como Johnson para poder ser como él, de cómo su arrogancia creció como la de muchos otros rockeros, en el mainstream o el underground, cuando la gente empezaba a tratar de ser como él, y como no estaba bien que sucediera esto. Hasta Kurt Cobain, portador de la K escudada, lo denunció en entrevistas y su diario.
Pero en verdad ¿Cuánta gente conoce a Calvin Johnson, siquiera de nombre? Y, de todos ellos, ¿Cuántos le rinden culto de personalidad y lo hacen alguien más que hombre?
La respuesta es a) muy pocos y b) aún menos.
Las ideas y, sobre todo, música de Calvin son por definición difíciles de que la gente en masa les guste; son grabaciones muy crudas, la instrumentación muy austera y la técnica casi nula (apuesto lo que quieran que si les enseñan a algún fan de los Killers o Kings of Leon una rola del primer disco de Beat Happening, les dirán que no saben cantar. ¡Anden, inténtenlo!), todo esto está hecho a propósito porque así es como Calvin quiere que escuchemos a sus proyectos, y es el nivel en el que quiere quedarse, nunca ir por más gente que lo escuche. Pero, cuando oigo su nombre, como que pienso en alguien tipo Morrissey, así un mamón interesante que se hace la diva pero no deja de ser divertido ni de poder (o haber podido) expresarse de manera que te identificaras con él tanto; pero Don Smiths es mucho más conocido que Calvin lo será en su vida; por algún motivo, la leyenda de Johnson es más grande que el hombre, y menos conocida.
La respuesta al porque los críticos hicieron tanto alarde puede ser que Calvin Johnson se basa e inició la música independiente en Olympia, Washington; pueblo con una universidad progresista a la cual atendieron gente que va de Kathleen Hanna a Matt Groening, pueblo a escasos kilómetros de Seattle (hablamos en su mera mera época del grunge), pueblo que vio nacer el movimiento Riot Grrrl con Bikini Kill, Bratmobile, Heavens To Betsy y la disquera Kill Rock Stars. Es decir, un pueblo muy visible a finales de los 80’s y principios de los 90’s, en un área donde los medios estaban muy presentes en ese periodo, haciendo ver todo como si fuera más grande lo que en verdad fue. Calvin Johnson en 1991 puede que tuviera un par de miles de fans en EUA, pero esos mismos fans se expresaban tanto de él que bien pudieron ser millones.
El culto de Calvin, sin embargo, sirve de poco o nada hoy en día.
Pero me agrada la idea del culto de Calvin hoy en día.
Simplemente porque Calvin, o mi idea de él, me agrada.
Beat Happening es una de esas bandas que me encantan pero que no escucho seguido, y son de esas bandas que me debería gustar más su manera de hacer las cosas que su música pero que en verdad me gusta más su música que nada. Sus canciones son pegajosas, puedes cantar con ellos y todo, pero el asunto es que se oye increíblemente simple; son acordes de guitarra básicos salidos de un amplificador de práctica con baterías de cartón que apenas y llevan un ritmo semi-constante sobre las cuales melodías igual de simples son entonadas medio mal por Calvin y Heather Lewis, hablando de dulces, bailes bajo el mar, espías, secretos y cementerios; todo debería ser así simple, sin misterio ni profundidad pero yo siempre oigo que hay más.
Igual y es como esa célebre frase de B.B. King que es algo así de que importa escuchar tanto las notas que no se tocan como las que se tocan (citado por Lisa Simpson, un güey le contesta “Pffff...eso lo puedo hacer en mi casa”); Beat Happening, con sus repeticiones y líneas básicas de guitarra, me hacen sentir más emoción que mucha música, me hacen sentir emoción de afuera hacia adentro; casi no es nada de mi parte, no es por nostalgia o por buscar una canción desolada, es porque ellos me hacen sentir su tristeza, su lujuria y su nostalgia. Y simpatizo con ellos.
Cuando escucho a Calvin o a Heather cantando casi o de plano a capella, igual y si se siente inmediato, pero a la vez siento como que esas grabaciones vienen de otro tiempo, de otro lugar y que no debería estar escuchando; es como leer un poema bien profundo, triste y hermoso que encontraste escrito en los calzones de alguien. Y eso me hace sentir, me hace sentir cosas que puedo explicar bien o que no puedo explicar y que no puedo escribir y que cuando lo escucho descanso porque digo “Eso”, es eso, sin saber que lo sentí o lo siento.
De igual manera, Calvin es como un tipo mítico; provocando disgusto ante punks al alzarse su camiseta para enseñar su barriga y actuar lo menos macho posible, inspirador al ir por todo su pueblo para grabar a gente común cantando sin ningún acompañamiento en su cassettera, y mítico solo por ser mítico al crearse una personalidad un poco ambigua pero juguetona, aniñándose para hacer su propio mundo, haciendo lo complicado de su vida aún más vívido. Y pues simplemente divertido, entre toda la reflexión y los sentimientos encontrados; esta es mi idea de Calvin, y con eso me quedo.
Calvin es una figura muy influeyente, eso que ni que; tanto en contemporáneos suyos como The Pastels, the Vaselines y las bandas de Flying Nun como en el emo melódico de finales de los 90’s, así como inspirando a Belle & Sebastian, Camera Obscura, Los Campesinos! y The Pains of Being Pure at Heart, entre miles de millones alrededor del mundo. Estas bandas se atreven a ser delicadas, melódicas, melancólicas, graciosas e íntimas; al igual que Beat Happening.
Yo solo me siento bien sabiendo que Calvin está allá afuera.
Eso me agrada.
¿Quién pudiera tocarte y llevar tu palabra ante todos los demás mortales?
¿Quién podría bajarte de tu pedestal?
Oh Calvin, tu culto te encierra
O esto es algo que los críticos de los 90’s quisieran que pasara; como una versión nueva de “Alex Chilton” de los Replacements, pero esta vez los chicos por millones se rinden a los pies del que presume la barriga y nunca viajaré lejos sin un escudo alrededor de una “K”.
He leído un poco sobre Beat Happening, K Records y, obviamente, Calvin Johnson; sobre su manera de hablar como de los 50’s, sobre sus fiestas de hornear pays y sobre sus tocadas austeras, sobre su papel en la escuela Evergreen y sobre su inspiración a otros músicos. También he leído mucho de lo grande que es su culto, de cómo había gente que le seguía su juego y se vestía, expresaba y hablaba como Johnson para poder ser como él, de cómo su arrogancia creció como la de muchos otros rockeros, en el mainstream o el underground, cuando la gente empezaba a tratar de ser como él, y como no estaba bien que sucediera esto. Hasta Kurt Cobain, portador de la K escudada, lo denunció en entrevistas y su diario.
Pero en verdad ¿Cuánta gente conoce a Calvin Johnson, siquiera de nombre? Y, de todos ellos, ¿Cuántos le rinden culto de personalidad y lo hacen alguien más que hombre?
La respuesta es a) muy pocos y b) aún menos.
Las ideas y, sobre todo, música de Calvin son por definición difíciles de que la gente en masa les guste; son grabaciones muy crudas, la instrumentación muy austera y la técnica casi nula (apuesto lo que quieran que si les enseñan a algún fan de los Killers o Kings of Leon una rola del primer disco de Beat Happening, les dirán que no saben cantar. ¡Anden, inténtenlo!), todo esto está hecho a propósito porque así es como Calvin quiere que escuchemos a sus proyectos, y es el nivel en el que quiere quedarse, nunca ir por más gente que lo escuche. Pero, cuando oigo su nombre, como que pienso en alguien tipo Morrissey, así un mamón interesante que se hace la diva pero no deja de ser divertido ni de poder (o haber podido) expresarse de manera que te identificaras con él tanto; pero Don Smiths es mucho más conocido que Calvin lo será en su vida; por algún motivo, la leyenda de Johnson es más grande que el hombre, y menos conocida.
La respuesta al porque los críticos hicieron tanto alarde puede ser que Calvin Johnson se basa e inició la música independiente en Olympia, Washington; pueblo con una universidad progresista a la cual atendieron gente que va de Kathleen Hanna a Matt Groening, pueblo a escasos kilómetros de Seattle (hablamos en su mera mera época del grunge), pueblo que vio nacer el movimiento Riot Grrrl con Bikini Kill, Bratmobile, Heavens To Betsy y la disquera Kill Rock Stars. Es decir, un pueblo muy visible a finales de los 80’s y principios de los 90’s, en un área donde los medios estaban muy presentes en ese periodo, haciendo ver todo como si fuera más grande lo que en verdad fue. Calvin Johnson en 1991 puede que tuviera un par de miles de fans en EUA, pero esos mismos fans se expresaban tanto de él que bien pudieron ser millones.
El culto de Calvin, sin embargo, sirve de poco o nada hoy en día.
Pero me agrada la idea del culto de Calvin hoy en día.
Simplemente porque Calvin, o mi idea de él, me agrada.
Beat Happening es una de esas bandas que me encantan pero que no escucho seguido, y son de esas bandas que me debería gustar más su manera de hacer las cosas que su música pero que en verdad me gusta más su música que nada. Sus canciones son pegajosas, puedes cantar con ellos y todo, pero el asunto es que se oye increíblemente simple; son acordes de guitarra básicos salidos de un amplificador de práctica con baterías de cartón que apenas y llevan un ritmo semi-constante sobre las cuales melodías igual de simples son entonadas medio mal por Calvin y Heather Lewis, hablando de dulces, bailes bajo el mar, espías, secretos y cementerios; todo debería ser así simple, sin misterio ni profundidad pero yo siempre oigo que hay más.
Igual y es como esa célebre frase de B.B. King que es algo así de que importa escuchar tanto las notas que no se tocan como las que se tocan (citado por Lisa Simpson, un güey le contesta “Pffff...eso lo puedo hacer en mi casa”); Beat Happening, con sus repeticiones y líneas básicas de guitarra, me hacen sentir más emoción que mucha música, me hacen sentir emoción de afuera hacia adentro; casi no es nada de mi parte, no es por nostalgia o por buscar una canción desolada, es porque ellos me hacen sentir su tristeza, su lujuria y su nostalgia. Y simpatizo con ellos.
Cuando escucho a Calvin o a Heather cantando casi o de plano a capella, igual y si se siente inmediato, pero a la vez siento como que esas grabaciones vienen de otro tiempo, de otro lugar y que no debería estar escuchando; es como leer un poema bien profundo, triste y hermoso que encontraste escrito en los calzones de alguien. Y eso me hace sentir, me hace sentir cosas que puedo explicar bien o que no puedo explicar y que no puedo escribir y que cuando lo escucho descanso porque digo “Eso”, es eso, sin saber que lo sentí o lo siento.
De igual manera, Calvin es como un tipo mítico; provocando disgusto ante punks al alzarse su camiseta para enseñar su barriga y actuar lo menos macho posible, inspirador al ir por todo su pueblo para grabar a gente común cantando sin ningún acompañamiento en su cassettera, y mítico solo por ser mítico al crearse una personalidad un poco ambigua pero juguetona, aniñándose para hacer su propio mundo, haciendo lo complicado de su vida aún más vívido. Y pues simplemente divertido, entre toda la reflexión y los sentimientos encontrados; esta es mi idea de Calvin, y con eso me quedo.
Calvin es una figura muy influeyente, eso que ni que; tanto en contemporáneos suyos como The Pastels, the Vaselines y las bandas de Flying Nun como en el emo melódico de finales de los 90’s, así como inspirando a Belle & Sebastian, Camera Obscura, Los Campesinos! y The Pains of Being Pure at Heart, entre miles de millones alrededor del mundo. Estas bandas se atreven a ser delicadas, melódicas, melancólicas, graciosas e íntimas; al igual que Beat Happening.
Yo solo me siento bien sabiendo que Calvin está allá afuera.
Eso me agrada.
Sunday, July 12, 2009
CONCIERTO: Vivian Girls y King Khan & BBQ Show, 09/Jul/09, Almacén (Aniversario de Vice)
Ahh Vice, ¿Cómo entenderte? ¿Cómo agarrarte el gusto?
Tu rudeza es forzada
Tu irreverencia siguiendo las reglas
Tu humor recayendo en groserías y ofensas típicas
Pero allí estas
Siendo la biblia y Vogue para gente que
Piensa en la ironía más que en pasarla bien
¿Eres real?
¿Sientes por alguien?
¿En verdad quieres festejar?
O ¿Será que solo quieres hacer como que festejas?
Llegó al Almacen, literalmente un almacen desocupado de la colonia Doctores, muchísima gente que pareciera seguir todos los Do's y ninguno de los Don't's de la revista titular, con ganas de empedarse y escuchar buena música, aunque sea en teoría.
Empezando la fiesta estuvieron poniendo una selección de canciones que iban desde Jackson 5, the Supremes y the Shangri-Las hasta los Ramones, los Dead Boys y los Misfits, para la gente que le interesaba más la barra libre y el chisme; luego de que un par de horas despues dijeron que ya empezaría bien el asunto con la proyección de un video y luego música para bailar, en lo que la bajista de las Vivian Girls estaba parada junto a su mesa de mercancia, dando autógrafos.
El video consistía en una mujer con una máscara de gato y otra enseñando la cara que se paseaban en una oscura tienda de juguetes viejos para que luego la desenmascarada le quitara el tapacaras a la gatúbela para revelar que era...una mujer! Luego de este, pusieron un poco de música más bailable, lo cuál se me hizo muy raro, porque como que querían forzar un tipo de atmosfera, la de baile, a un público que solo platicaba y tomaba fotos más que nada y que estaba por presenciar un concierto de bandas de rock. Se me hizo un poquito raro.
Por suerte, subieron pronto las tres Vivian Girls para comenzar su set, la bajista con un bajo copia del de Paul McCartney y la guitarrista con una Squier fregada; comenzaron con "All The Time" igual que en su álbum homónimo del año pasado, tocando con mucha energía y un sonido compacto, haciendo que el rebote del recinto las ayudara en vez de oscurecer lo que tocaban; siguieron con varias rolas del mismo disco como "Such a Joke" y "Wild Eyes", entre las cuales hacían comentarios que casi ni se entendían por el eco y el nivel bajo de los micrófonos de las voces, solo les agarré la onda cuando dijeron que "Wild Eyes" había salido en un 7" y cuando la bajista decía "Viva México Cabrones!!!". El público, ya algo pedo, reaccionaba en secciones chido y en otras platicando entre ellos y sacándose fotos; pronto, el público que estaba emocionado empezó a hacer slam desorganizado y a bailar a lo pendejo, como echándole mucha crema a sus tacos en cuanto a echar desmadre con la música.
Las Vivian tocaron con mucha entusiasmo y energía, sabiendo llenar el sonido como power trio, con la bajista tocando acordes cuando era necesario y la baterista manteniendo el ritmo sin muchos adornos, aunque luego se notaba que muchas de sus canciones se parecen bastante entre si, sobre todo tomando en cuenta que tocaron algunas de su segundo disco próximo a salir, así como algunos b-sides. La penúltima canción que tocaron es, probablemente, su hit, por así ponerlo, "Tell the World" sonó bien desmadroza y con huevos, con las armonías de las tres sonando solo un poco más arriba que su cacofonía garagera, y la bajera (quién había hecho esto ya antes) y guitarrista bajando del escenario para tocar entre el público; siguiéndola con "I Believe in Nothing", la cuál sirvió para cerrar el concierto igual que hace en su disco. Cuando llegaron a la parte de la melodía de la guitarra, las chicas comenzaron a tocar cada vez más despacio hasta que la guitarrista dejó su instrumento en el suelo, sonando el feedback, cuando se puso unos lentes oscuros y tomó una cerveza, escupiendo un poco sobre el público; la bajista pronto dejó su instrumento en el suelo también, cuando la guitarrista lo tomó, la bajera a su vez fue con la baterista para tomar su lugar y esta fue a recoger la guitarra, para comenzar una improvización sobre acordes, la cual fue subiendo de intensidad poco a poco hasta terminar.
Después de más espera en lo que instalaban el equipo del siguiente grupo, el sonido comenzó a tocar canciones de Eddie Cochran y otros del rockabilly, en lo que King Khan y Mark Sultan (también conocido como BBQ) se ponían sus turbantes y demás adornos en sus personas, siguiendo con lo que parecía un soundcheck interminable, por problemas con los niveles y la ecualización. Ya cuando estuvieron seguros de la mezcla, comenzaron a tocar un riff y un ritmo, con la gente brincando y corriendo como si de repente Black Flag hubiera estado atrás y estuvieran empezando a tocar "Rise Above"; el público adelante estaba poniéndose rudo y hasta King Khan llegó a decir "Relax, we're having fun", aunque era claramente una bienvenida muy satisfactoria para él. Los de seguridad del lugar se preocuparon y algunos se fueron al frente del escenario a tratar de poner orden, pero a King Khan no le gustó eso e hizo que el hombre se fuera, celebrando poco después entrando al mar de personas; después de otros minutos de riffear sobre lo mismo desde que empezaron, ya se soltaron a tocar "Fish Fight". Después tocaron otra muy parecida, y luego otra que era casi igual y así, tocaban canciones con el mismo sonido frágil y monotono de guitarra y con riffs indistinguibles unos de otros, los ritmos más o menos en el mismo vecindario, vocalmente presentaba variaciones, pero no las suficientes como para darles suficiente personalidad a las rolas para que se supieran cuales eran cuales. En disco, King Khan & BBQ Show no son tan monotonos (aunque no es que son así increibles), pero en vivo, sus rolas nada más no, y pues es chido que se pongan turbantes y cosas diferentes para tocar, pero no compensa su falta de buen material para tocar en vivo, y siento que les faltó como conectar. Para el momento que me fuí, ya sin aguantar mucho al público, King Khan paró una rola para acomodar sus pedales y micrófono, ya que la gente se los estaba moviendo demasiado.
Entré queriendo escuchar rolas tocadas con desenfreno y desmadre, pero obtuve solo el desenfreno y desmadre. Irónicamente, pienso que no pudo haber celebración que mejor refleje lo que es Vice.
Tu rudeza es forzada
Tu irreverencia siguiendo las reglas
Tu humor recayendo en groserías y ofensas típicas
Pero allí estas
Siendo la biblia y Vogue para gente que
Piensa en la ironía más que en pasarla bien
¿Eres real?
¿Sientes por alguien?
¿En verdad quieres festejar?
O ¿Será que solo quieres hacer como que festejas?
Llegó al Almacen, literalmente un almacen desocupado de la colonia Doctores, muchísima gente que pareciera seguir todos los Do's y ninguno de los Don't's de la revista titular, con ganas de empedarse y escuchar buena música, aunque sea en teoría.
Empezando la fiesta estuvieron poniendo una selección de canciones que iban desde Jackson 5, the Supremes y the Shangri-Las hasta los Ramones, los Dead Boys y los Misfits, para la gente que le interesaba más la barra libre y el chisme; luego de que un par de horas despues dijeron que ya empezaría bien el asunto con la proyección de un video y luego música para bailar, en lo que la bajista de las Vivian Girls estaba parada junto a su mesa de mercancia, dando autógrafos.
El video consistía en una mujer con una máscara de gato y otra enseñando la cara que se paseaban en una oscura tienda de juguetes viejos para que luego la desenmascarada le quitara el tapacaras a la gatúbela para revelar que era...una mujer! Luego de este, pusieron un poco de música más bailable, lo cuál se me hizo muy raro, porque como que querían forzar un tipo de atmosfera, la de baile, a un público que solo platicaba y tomaba fotos más que nada y que estaba por presenciar un concierto de bandas de rock. Se me hizo un poquito raro.
Por suerte, subieron pronto las tres Vivian Girls para comenzar su set, la bajista con un bajo copia del de Paul McCartney y la guitarrista con una Squier fregada; comenzaron con "All The Time" igual que en su álbum homónimo del año pasado, tocando con mucha energía y un sonido compacto, haciendo que el rebote del recinto las ayudara en vez de oscurecer lo que tocaban; siguieron con varias rolas del mismo disco como "Such a Joke" y "Wild Eyes", entre las cuales hacían comentarios que casi ni se entendían por el eco y el nivel bajo de los micrófonos de las voces, solo les agarré la onda cuando dijeron que "Wild Eyes" había salido en un 7" y cuando la bajista decía "Viva México Cabrones!!!". El público, ya algo pedo, reaccionaba en secciones chido y en otras platicando entre ellos y sacándose fotos; pronto, el público que estaba emocionado empezó a hacer slam desorganizado y a bailar a lo pendejo, como echándole mucha crema a sus tacos en cuanto a echar desmadre con la música.
Las Vivian tocaron con mucha entusiasmo y energía, sabiendo llenar el sonido como power trio, con la bajista tocando acordes cuando era necesario y la baterista manteniendo el ritmo sin muchos adornos, aunque luego se notaba que muchas de sus canciones se parecen bastante entre si, sobre todo tomando en cuenta que tocaron algunas de su segundo disco próximo a salir, así como algunos b-sides. La penúltima canción que tocaron es, probablemente, su hit, por así ponerlo, "Tell the World" sonó bien desmadroza y con huevos, con las armonías de las tres sonando solo un poco más arriba que su cacofonía garagera, y la bajera (quién había hecho esto ya antes) y guitarrista bajando del escenario para tocar entre el público; siguiéndola con "I Believe in Nothing", la cuál sirvió para cerrar el concierto igual que hace en su disco. Cuando llegaron a la parte de la melodía de la guitarra, las chicas comenzaron a tocar cada vez más despacio hasta que la guitarrista dejó su instrumento en el suelo, sonando el feedback, cuando se puso unos lentes oscuros y tomó una cerveza, escupiendo un poco sobre el público; la bajista pronto dejó su instrumento en el suelo también, cuando la guitarrista lo tomó, la bajera a su vez fue con la baterista para tomar su lugar y esta fue a recoger la guitarra, para comenzar una improvización sobre acordes, la cual fue subiendo de intensidad poco a poco hasta terminar.
Después de más espera en lo que instalaban el equipo del siguiente grupo, el sonido comenzó a tocar canciones de Eddie Cochran y otros del rockabilly, en lo que King Khan y Mark Sultan (también conocido como BBQ) se ponían sus turbantes y demás adornos en sus personas, siguiendo con lo que parecía un soundcheck interminable, por problemas con los niveles y la ecualización. Ya cuando estuvieron seguros de la mezcla, comenzaron a tocar un riff y un ritmo, con la gente brincando y corriendo como si de repente Black Flag hubiera estado atrás y estuvieran empezando a tocar "Rise Above"; el público adelante estaba poniéndose rudo y hasta King Khan llegó a decir "Relax, we're having fun", aunque era claramente una bienvenida muy satisfactoria para él. Los de seguridad del lugar se preocuparon y algunos se fueron al frente del escenario a tratar de poner orden, pero a King Khan no le gustó eso e hizo que el hombre se fuera, celebrando poco después entrando al mar de personas; después de otros minutos de riffear sobre lo mismo desde que empezaron, ya se soltaron a tocar "Fish Fight". Después tocaron otra muy parecida, y luego otra que era casi igual y así, tocaban canciones con el mismo sonido frágil y monotono de guitarra y con riffs indistinguibles unos de otros, los ritmos más o menos en el mismo vecindario, vocalmente presentaba variaciones, pero no las suficientes como para darles suficiente personalidad a las rolas para que se supieran cuales eran cuales. En disco, King Khan & BBQ Show no son tan monotonos (aunque no es que son así increibles), pero en vivo, sus rolas nada más no, y pues es chido que se pongan turbantes y cosas diferentes para tocar, pero no compensa su falta de buen material para tocar en vivo, y siento que les faltó como conectar. Para el momento que me fuí, ya sin aguantar mucho al público, King Khan paró una rola para acomodar sus pedales y micrófono, ya que la gente se los estaba moviendo demasiado.
Entré queriendo escuchar rolas tocadas con desenfreno y desmadre, pero obtuve solo el desenfreno y desmadre. Irónicamente, pienso que no pudo haber celebración que mejor refleje lo que es Vice.
Wednesday, July 01, 2009
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